Haizea badator! > Anaffar

Anaffar

video-performance
1:51 min
2009

Fui invida por la plataforma IN-SONORA a participar en SAOUT Meeting, un encuentro dedicado al arte sonoro e interactivo, que se celebró en la ciudad de Tetuán, del 14 a 21 diciembre de 2009. Para realizar un proyecto específico para dicho encuentro, así como impartir un taller en la escuela de Bellas Artes de Tetuán, más diferentes conferencias sobre temas relacionados y una final presentación de los trabajos elaborados.

El proyecto que presente a la organización se titulaba: “Tetuán, haizea badator! Nay, Dizi, txistu y flauta rociera”, (Tetuán, ¡viene el viento! Nay, Dizi, txistu y flauta rociera). Dando así continuidad al proyecto anterior, realiado en China. Y así, partí el viaje con el mismo equipaje que lleve a oriente: flautas, trajes regionales, camara de video y portatil. Esta vez, trabajé a partir de cuatro culturas andaluza, vasca, china y marroquí. De dónde soy, de dónde vivo y del lugar que visite y del lugar que espero volver a visitar y dónde provienen mis antepasados. Igualmente, no presente ningún boceto previo para explicar mi proyecto a realizar, solo un punto de partida, el viento. Como una bertsolari de la imagen audiovisual.

El segundo día tenía como misión adquirir un Nay, una flauta árabe de caña, prominente en la música del Oriente Medio. Pero al final, en la tienda que encontre en la laberintica medina de Tetuán, me compré una trompeta muy larga llamada “Anaffar”, la cual llamo más mi atención tanto en sonido como el objeto en si. Normalmente se toca en Ramadán o en fechas festivas como en las bodas.

Al día siguiente, el tercer dia del encuentro; junto a Mohamed Yettoun (mi asistente, un estudiante de 4º de carrera de Bellas Artes) con intención de realizar una video - performance nos dirgimos a Mdi´q. El Rincón, como se conoce a la villa desde los tiempos del Protectorado: un pueblo de veraneo, de casas blancas y toldos azulados, un lugar hiperdesarrollado en los últimos cinco años, el pueblo donde reside Mohamed. Se encuentra a mitad de camino entre Ceuta y Tetuán, en una ensenada formada por el monte de Cabo Negro al adentrarse en el mar.

Realizamos una performance con ella en la playa del Rincón, un pueblo costero cercano, donde reside Mohamed. El resultado fue un vídeo de creación. Donde se genera un dialogo sonoro y visual entre los dos personajes, a partir de elementos identitarios, donde resalta de forma pictórica el estrecho como escenario.
Mohamed portaba con indumentaria para la performance una chilaba negra de su padre, una túnica tradicional marroquí holgada con capucha. Las chilabas cubren desde el cuello hasta el tobillo . Se utilizan para salir a la calle y se llevan encima de la ropa de casa o de fiesta retirándose al llegar al lugar de destino. Ocasionalmente, las babuchas como calzado; en esta ocasión Mohamed llevaba unas babuchas de color blanco.

Yo lleve puesto, mi traje de bailar verdiales, una manifestación festiva de origen campesino y naturaleza socio-musical ancestral de determinados puntos geográficos en la provincia de Málaga (comarca de la Axarquía, valle del Guadalhorce y Montes de Málaga). Consiste en un particular fandango cantado y bailado con el acompañamiento de una orquestina compuesta por un violín, de dos a cuatro guitarras, un pandero, dos o más pares de platillos (crótalos), varios palillos (castañuelas) y, en algunos de sus estilos, un laúd o bandurria. La indumentaria de las Pandas de vardiales, como de denomina a los diferentes grupos, es la propia que utilizaba la gente del campo, traje que sólo varía en la Fiesta Mayor de Verdiales del día de los inocentes cuando se introduce el sombrero de palma recargado de adornos: espejillos, flores, cintas, abalorios..., que denotan el origen ancestral de la Fiesta de Verdiales, además de coincidir con el usado en otras culturas mediterráneas como la griega.

El Verdial es una manifestación propia de la cultura popular malagueña, de una cultura campesina que viene de siglos y de la que es difícil establecer el origen debido a la falta de documentación escrita y de referencias históricas. Algunos autores, señalan permanencias de formas arcaicas y moriscas en el Verdial.
Y a partir de Anaffar, la gran trompeta adquirida el día anterior, fuímos grabando diferentes secuencias. Tocandola con fuerza, primero uno y luego el otro. Con la ayuda de dos de los organizadores de SAOUT Meeting Mario Gutierréz y Beatriu Marcos. La cámara de vídeo estuvo todo el tiempo en un plano fijo. La playa y el horizonte del mar; cielo y mar azul y a lo lejos el estrecho.

Este viaje a Marruecos, fue muy especial. Ya había estado muchas veces antes. Practicamente casi toda mi familia ha nacido en Marruecos. Mis padres, tios, primos, etc. Mi hermana y yo somos las únicas nacidas en Andalucía, después de tres generaciones viviendo al otro lado del estrecho. En mi familia la cultura marroquí esta muy presente.Comidas, costumbres, etc. Hasta finales de los años 80, parte de mi familia vivia en Tanger. Y así esta ciudad, ha sido durante mi infancia, el pueblo donde pasabamos los veranos. Pero, esta era la primera vez que viajaba a Marruecos sin familia. Y no iba de vacaciones. Iba a trabajar, a desarrollar un proyecto artistico. Antes de partir junto con el equipo de INSONORA, sentía la aventura SAOUT Meeting como un parte de un reto. En diez días tenía que crear un proyecto, dar conferencias, un taller en la universidad de Bellas Artes.
Lo que más me inquietaba era mi planteamiento y forma de trabajo. Partir con una idea, el sonido... Y a ver... a ver que pasa. Dejar el azar y la improvisación actuar.
En otros lugares, donde he vivido anteriormente o visitado. He tomado elementos del lugar como herramientas de trabajo. Elementos de estas culturas que me han atraído. Que me han hecho abrir la boca incoscientemente por segundos; dejandome atónita en la emoción. Y sentir un egoismo sano. Y decir: ¡Yo lo quiero! Donde surge mil ideas donde llevar ese elemento a mi terreno. Y así, como me he apropiado de la txalaparta, del gong chino, del txistu, de un qipao, etc. Sentía miedo, al pesar que no iba a tener sorpresa. Pero, sorpresas hubo muchas. Gracias a Mohamed conocí más de cerca muchas costumbres, canciones, historias del día a día de un estudiante de Bellas Artes en Tetuán. Anaffar, es un dialogo entre dos amigos fugaces, que aparecen y desaparen en un horizonte que los separa física y culturalmente...